En medio de todo eso, hay algunas (pocas) experiencias alentadoras. El caso del Club CUBA (de Buenos Aires) es una de ellas. Ahí su Comisión Directiva viene alentando un proceso de reforma del estatuto para adaptarlo a los tiempos que corren y erradicar la discriminación, para que las mujeres puedan votar y ser votadas, en igualdad de condiciones con los hombres. Algo que a esta altura parece obvio, pero que todavía persiste en algunas instituciones con este nivel de profundidad. Y no parece casualidad que las instituciones menos permeables y más resistentes a los avances de la época sean pertenecientes a los sectores más acomodados de nuestra sociedad, instituciones aristocráticas donde prevalecen pretendidos “valores y tradiciones” que son casi arcaicos y de un profundo contenido discriminatorio.
“Porque entendimos hace tiempo que es inadmisible que las mujeres no puedan participar de la vida comunitaria, social y política de sus instituciones, y que esto es en sí mismo un claro acto de discriminación, es que hoy ingresamos en el Concejo Municipal un proyecto para que el Estado asuma la necesidad de corregir la situación que viven estos clubes de Rosario, que aún siguen estimulando en sus estatutos (y en sus prácticas mismas de funcionamiento) estas formas discriminatorias y expulsivas para la mujer” planteó Caren Tepp, concejala de Ciudad Futura y autora del proyecto.
“Estar discutiendo en pleno Siglo XXI si la mujer puede o no puede votar, elegir a quien conduzca los destinos de una institución de la que forma parte o que ella misma sea quien la conduzca, es retroceder un siglo en las discusiones en las que venimos avanzando como sociedad. El Estado no se puede mantener ajeno a esto, por eso elaboramos el proyecto y esperamos que se apruebe lo más rápido posible”, abundó Tepp.
EL PROYECTO
“En el clima de época actual, con la perspectiva de género transversalizando las demandas sociales que buscan una sociedad más igualitaria, resulta indignante e inadmisible que permanezcan instituciones que promuevan explícitamente en sus estatutos y normas de funcionamiento prácticas discriminatorias por razones de género o que excluyan a las mujeres de la vida política institucional”, abundó Tepp.
El proyecto, autoría de Tepp, ingresó hoy con las firmas de los otros 3 concejales del bloque Ciudad Futura, además de la de Norma López (FPV), Marina Magnani y Andrés Gimenez (Unidad Ciudadana), Fernanda Gigliani (Iniciativa Popular), Eduardo Toniolli (PJ) y Celeste Lepratti (Frente Social y Popular). En su articulado dispone que se realice un proceso de inspección de los estatutos, reglamentos y documentos internos de las instituciones deportivas de Rosario, en particular de las tres aludidas (Jockey Club Rosario, Yacht Club Rosario y Club Rosarino de Pelota) de manera tal de constatar la presencia de prácticas sistemáticas de discriminación por cuestiones de género o exclusión específica de las mujeres. Para que, acto seguido, se inicie un proceso de intimación de aquellas instituciones deportivas que deban ajustar a derecho sus reglamentos. Se busca que en el plazo de 60 días de sancionado el proyecto de Ordenanza, el Ejecutivo envíe al Concejo un informe detallado con los avances de estas readecuaciones y que durante el plazo que lleve este proceso de transición institucional, se abstenga de promover cualquier tipo de convenio, contrato o distinción que beneficie de manera directa a estos clubes.
“Que haya instituciones en nuestra ciudad que prohíban a las mujeres, o que las tengan en condiciones de inferioridad respecto al hombre, es inadmisible. Es inadmisible cultural y políticamente, pero además es inadmisible porque viola normativa vigente, como el Nuevo Código Civil”, finalizó Tepp.